La apacible ciudad colonial de Valladolid, a pesar de su cercanía con la turística Riviera Maya, parece absorta en su propio tiempo. Ha sabido conservar una personalidad, encanto y ternura única, entre la vieja educación castellana y la tímida inocencia de tierras mayas. Valladolid es uno de los catalogados como Pueblos Mágicos de México. Esta hermosa población te invita a callejearla, a sentarte y tomar un helado en un banco de la plaza, a charlar con los locales, a degustar la comida yucateca en algún restaurante o en el mismo mercado, a visitar edificios coloniales y católicos, a disfrutarla sin apenas enterarte. No es un lugar espectacular, es todavía mejor.

Placencia es de esos paraísos naturales donde uno llega y sabe que querría quedarse más. Muchos viajeros nos acercamos hasta aquí a disfrutar de una de las mejores franjas de la costa beliceña.

Belice tiene una costa caribeña de lo más apetecible para el viajero, con un sinfín de atracciones naturales. Hay varios pueblos costeros donde relajarse y vivir la llamativa cultura garífuna. Hopkins es un lugar ideal para saborear el negro Caribe beliceño.

Pisté es de las poblaciones que adquieren presencia en el mapa del viajero por su cercanía a la joya de la corona de la Península de Yucatán, la maravillosa Chichén Itzá. Una parada estratégica en el camino.

En el corazón del pueblo la antigua hacienda, hoy día cerrada, luce solemne su pasado henequero. Esta zona es muy interesante para conocer la historia de las Haciendas, un período que marcó esta zona yucateca.

En las cabañas te ofrecen alquiler de bicicletas. Hay buenos caminos de tierra hasta Mayapán o los cenotes de Cuzamá, rutas habituales desde aquí. En pueblos como Pixyah, Telchanillo o Tecoh encuentras cenotes muy guapos. Pero si no quieres pedalear tantos kilómetros Sabacché tiene tres cenotes, o dos, por esos rollos de administración que se llevan entre las comunidades. Hay una ciclopista de 8 kilómetros que te lleva hasta a los cenotes. El más espectacular es el Calcuch, el otro es el Tanimax. Tener estos pozos de agua cercanos es un lujazo, siempre un gusto bañarte en los cenotes.

Bacalar es el único Pueblo Mágico que tiene el estado de Quintana Roo. Su estratégica ubicación a pie de la extensa y hermosa laguna de Bacalar lo convierten en un lugar único gracias a su historia y tradiciones.

Bacalar es un pueblo con marcada personalidad en una costa caribeña que a veces peca de poca identidad cultural. Alejado de las grandes masas turísticas de Riviera Maya, esta zona es aire fresco para los más aventureros, y el pueblo de Bacalar la sede más mágica para perderte unos días.

Bacalar es de las poblaciones costeras con historias de piratas: una fortaleza del siglo XVIII a pie de la actual plaza avala esos tiempos. El llamado fuerte de San Felipe es una de las visitas recomendadas en Bacalar. Queda en el centro, pegado a la plaza central, corazón natural del pueblo donde los locales se reúnen a chismear, a tomar un helado, a pasear o a lucir la novia…. las maravillosas plazas!

Poblado donde hay hospedajes, la mayoriá básicos, para visitar la Reserva de la Biosfera de Calakmul y la zonas arqueológicas de la zona. Sobre la carretera hasta Conhuás encuantres también hospedajes.

Hay varios pueblos costeros desde donde dar paseos en lancha o disfrutar paisajes de la Reserva Biosfera Ría Lagartos. Desde cada uno de ellos el paisaje te aportará diferentes rincones. En los pueblos de San Felipe, Río Lagartos, Las Coloradas y El Cuyo, encontarás hospedajes, restaurantes y cooperativas locales que hacen excursiones. Es bonito vivir el ambiente local de forma relajada, así que te recomiendo pasar noche. En la zona de los embarcaderos te será fácil localizar todo, el jaleo turístico se concentra aquí.

Yaxchilán es un 10, este lugar te ofrece una aventura inolvidable. A este magnífico vestigio maya engullido por la selva se llega navegando el río Usumacinta, actual frontera natural entre México y Guatemala.